HOPE, IN ACTION.

Queridos miembros del vecindario:

Mi nombre es Tiara Mack y me postulo para el Distrito 6 del Senado del Estado... Todas las comunidades pueden, y deben, tener todas las herramientas que necesitan para prosperar. Creo que todos merecemos viviendas asequibles y accesibles, escuelas de alta calidad, un salario digno, aire limpio, y comunidades saludables, sin importar el código postal.

Yo me crié en un hogar familiar con muchos hermanos, muchos primos, una tía increíble y una madre maravillosa. Me crié sabiendo que éramos pobres. Me crié sabiendo que mi familia tenia menos y se veía diferente a la de mis compañeros de clase y que muy pocas personas hablaban sobre cómo ser una persona de color, queer o de bajos ingresos afectaba mis experiencias vividas y también mis oportunidades. Al mismo tiempo, también sabía que tenía acceso a una gran cantidad de oportunidades y experiencias porque vivía cerca de vecinos ricos.

Mi familia no eran dueños de una casa, nosotros rentábamos apartamentos pequeños donde yo siempre compartía una habitación. Eso no nos hizo menos merecedores de refugio o un hogar para vivir. No vivíamos en una parte de la ciudad que alguien llamaría “agradable”, pero eso no me hizo menos merecedor de ir a una buena escuela con acceso a clases AP (Colocación Avanzada o "advanced placement"), clases de Bachillerato Internacional y equipos deportivos financiados por la escuela. Nadie en mi familia se graduó de la universidad dentro de una década de graduarse de la escuela secundaria. Eso no me hizo menos merecedor de asistir la Universidad Brown.

Mi mamá trabajó duro. A diferencia de muchas de las otras familias con las que fui a la escuela, ella trabajó de cheque a cheque e hizo muchos sacrificios en el camino. A veces tenía que tomar la difícil decisión entre pagar la renta a tiempo o comprar alimentos. Sabía que teníamos menos que otros a nuestro alrededor. También sabía que como éramos personas de color, nunca tendríamos acceso a la “suerte” como mis compañeros.

Pensé que era la única persona negra en todas mis clases porque era inteligente y no porque el sistema educativo empuja a los estudiantes negros y morenos a las clases de nivel inferior o al sistema penitenciario. Pensé que era diferente porque no había representación LGBTQ + en los libros o en mi escuela, pero luego me di cuenta de que las voces e identidades LGBTQ + fueron silenciadas. Crecí pensando que estábamos en bancarrota porque tuvimos mala suerte, no porque existan sistemas que impidan que los trabajadores con salario mínimo puedan vivir de un solo ingreso. Pensé que todos tenían excelentes escuelas, y no solo a los niños negros y pobres que vivían en las afueras de las comunidades ricas. Pensé que todos firmaron una promesa de abstinencia en sexto grado. Más tarde entendí que era mi derecho aprender sobre mi cuerpo y todas mis opciones de atención médica. Crecí pensando que los médicos eran solo para personas ricas y cuando estabas enfermo ibas a la sala de emergencias. Más tarde me di cuenta de que el problema era el acceso a la atención médica y la asequibilidad.

Cuando llegué a Brown, me sentí abrumado por lo mucho que no sabía. Por primera vez en mi vida, las ideas con las que había crecido estaban siendo desafiadas, y se me dieron muchas oportunidades para actuar. Aproveché y me uní a un grupo que enseñaba a los estudiantes de la secundaria educación sexual comprensiva. Les enseñamos cómo abogar por sí mismos y hacer preguntas difíciles a las personas en sus vidas. Aprendí a desafiarme a mí misma, a cambiar la forma en que me enseñaron a pensar, y comencé a introducir cada vez más ideas nuevas en mi vida. Después de mi primer año de enseñanza, hice una pasantía en Políticas Públicas y Abogacía en Planned Parenthood. Fue a través de esta experiencia que realmente abracé el poder del activismo. Crecí más segura y aprendí sobre problemas reales que afectaron mi vida y la vida de quienes me rodeaban. Trabajar con otros me muestra que nuestras luchas están conectadas y que si trabajamos juntos podemos construir comunidades increíbles.

El activismo es la herramienta que usé para ver cómo se forma el mundo. A través del activismo, veo que la injusticia no solo ocurre, es un acto intencional de dejar a las personas fuera de las decisiones. También veo lo contrario. La justicia no es pasiva. Se necesita mucha gente y muchas voces paradas juntas, tomando decisiones con todos en mente para lograrlo. Rhode Island fue el primer lugar donde pude ver cómo las decisiones en la casa del estado impactan de inmediato a las personas y sus comunidades. Rhode Island puede ser un líder en la nación para la tolerancia, la inclusión y las decisiones centradas en las personas. Eso es lo que me da esperanza. Por eso me quedo aquí, en este estado, en esta lucha.

He pasado los últimos cuatro años en la casa del estado luchando por problemas y proyectos de ley que los legisladores nos dicen que esperemos, como acceso a la atención médica, aire limpio, salarios justos y viviendas asequibles. Y aunque hemos luchado mucho, los que están en el poder se niegan a impulsar el progreso. Nunca me sentí conectado con las personas en el poder que nos dijeron que fuéramos pacientes. La paciencia no es una opción. Estas comunidades ya han pasado décadas esperando justicia y una oportunidad justa. Creo que es hora de que nuestros representantes luchen por todos. Por eso dejé de esperar y decidí postularme para el Senado estatal.

Caminaré por el vecindario para hablar y registrar votantes en los próximos meses durante mi campaña primaria. Si me ves, ven a saludarme y siéntete libre de expresar tus esperanzas y preocupaciones. Además, no dude en comunicarse conmigo por teléfono (401.288.1288) o envíe un correo electrónico a tiaramackri@gmail.com sobre cualquier problema o pregunta que pueda tener. La primaria es el martes 8 de septiembre de 2020.

En solidaridad,

Tiara Mack